Para seguir con la presentación de nuestro mapa cultural, vamos a adentrarnos más a fondo en la historia del municipio que hemos elegido, Santa Olalla:
La villa de Santa Olalla debe su nombre a
una virgen y mártir emeritense llamada Santa Eulalia. El culto a esta patrona
llegó pronto a la localidad al estar en el camino romano de Emérita Augusta a
Toletum. Santa Eulalia fue reconquistada junto a otras poblaciones por Alfonso
VI en el año 1083. En 1124 Alfonso VII da a los vecinos de Santa Olalla el
fuero de Toledo. Pero es en siglo XVI cuando la villa adquiere importancia
gracias a los Condes de Orgaz, éstos se encargarán de enriquecer sus dos
Iglesias, San Pedro y San Julián, y se harán protectores del Hospital de San
Antonio Abad. Del mismo siglo es la figura del Maestro Alvar Gómez, eminente
eulaliense que destacó por su talento y excelencia en lenguas clásicas. En el
siglo XVIII en Santa Olalla se consolida el gremio artesano figurando entre
estos profesionales carreteros, zapateros, sastres, herreros, un tejedor de
lienzo, un cerrajero… De la francesada de 1808 quedaron en la villa los restos
del general francés Pierre Lepiprí, muerto de las heridas sufridas en la famosa
batalla de Talavera y enterrado en la Iglesia de San Julián
Santa Olalla es desde sus orígenes lugar
de paso y estancia obligada de viajeros. Los medios han cambiado, de una cañada
celta y una calzada romana, hemos pasado a tener una moderna autovía (N-V) y
dos carreteras regionales. Pero como el fin es el mismo, Santa Olalla sigue
ofreciéndose abierta y amable al viajero.
En el Paleolítico el entorno era frecuentado por tribus nómadas de cazadores y recolectores. En la Edad del Hierro los celtas crean el primer asentamiento junto a su cañada ganadera, este seria el origen del pueblo. En torno al año 500 A.C. los carpetanos, pueblo de origen ibero, ocuparon la antigua aldea céltica, hasta el siglo II A.C. cuando los romanos ocupan el lugar y lo incluyen en la provincia romana llamada Carthaginensis.
Sobre la cañada ganadera de origen celta montaron los romanos la calzada que unía Mérida con Toledo. Durante el Bajo imperio romano el pueblo recibe por primera vez el nombre Santa Eulalia, en honor a la mártir emeritense.
Los visigodos construyeron la primera iglesia que se dedico a Santa Eulalia. Fue destruida por los musulmanes, que posiblemente edificaron sobre su solar una pequeña mezquita, además Santa Eulalia pasa ha llamarse Vinco Cominario.
En 1083 es reconquistada por el rey Alfonso VI, y retoma su antiguo nombre que con la evolución del castellano se transforma en Santa Olalla. Tras este acontecimiento Santa Olalla empieza a tomar importancia, es amurallada, la primera referencia a la muralla aparece en 1127 en una bula papal. Fue necesario amurallarla para protegerla de las incisiones árabes, como la de Miramarmolín en 1196. El caudillo almohade llego hasta las inmediaciones de la ciudad de Toledo.
También se convierte durante la Edad Media en cabeza de un arciprestazgo y de un señorío. Hasta ese momento dependía en lo religioso de la parroquia toledana de Santa Leocadia. En lo político los distintos poderes castellanos se interesaron y pugnaron, por la posesión de este señorío, magnates, caballeros, cabildos y las ordenes militares de Calatrava y Santiago. Finalmente se constituye como señorío civil y estuvo en manos de ilustres nobles, la Casa de Castro, los Lope de Haro, Martín Fernández, los Guzmán, señores de Orgaz y desde 1529 Condes de Orgaz por concesión de Carlos V.
Llego a tener, aparte de la muralla con sus tres puertas (Madrid, Toledo y Badajoz pero conocidas como Maqueda, Alcabón y Talavera), cuatro iglesias (San Pedro, San Julián, San Miguel y San Juan), un convento, el palacio de los Condes de Orgaz de estilo herreriano, hospital de caridad con capilla, y tres ermitas (San Sebastián, San Roque, San Blas), entre otros monumentos menores que hacían de Santa Olalla capital jurisdiccional de todos los pueblos de la comarca que pertenecían al señorío (casi 50 aldeas, de las que hoy solo subsisten 12).
La judería o comunidad judía de Santa Olalla fue de las más numerosas e importantes de la provincia, un numeroso grupo de hombres cultos, ricos y poderosos sin los que no se entendería la historia medieval de Santa Olalla, tampoco podemos olvidar a los moriscos y conversos. Ni acontecimientos como los deslindes entre la jurisdicción de Santa Olalla y Talavera que trajeron entre otras consecuencias el nombramiento de los vecinos de Illan de Vacas como neutrales por parte de los Reyes Católicos, los problemas no terminaron hasta 1498.
Aparte de la visita que Alfonso VII y su esposa doña Rita realizaron para conceder el fuero de Toledo en 1123, este monarca estuvo en otras ocasiones en Santa Olalla, que al ser lugar de paso como decíamos al principio fue visitado por otros reyes como su nieto el rey Alfonso VIII, Juan II de Castilla, la reina doña María de Aragón, Enrique IV, Fernando "el católico", el emperador Carlos V, Felipe V y nuestro últimos reyes Juan Carlos y Sofía, entre otros de los que no tenemos constancia escrita.
Los viajeros también nos reflejaron en sus libros de viajes Fernando Colon el hijo de Cristóbal Colon en 1517, Pedro Medina en 1548 y los cronistas de Felipe II en 1576. Santa Olalla fue cuna de importantes literatos y humanistas como Alvar Gómez de Castro, Alonso Palomino, Roque Saturnino Jiménez de Rojas o fray Cristóbal de Fonseca al que algunos han identificado con el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda autor del falso Quijote.
La amplia e intensa historia de Santa Olalla, nos ha dejado un sin fin de tradiciones que se manifiestan en sus fiestas, una docena de leyendas entre las que destaca "el pajarito de la puerta de Maqueda" y algunos refranes que han sido transmitidos de generación en generación. El más famoso de ellos "Santa Olalla mal haya tiene tres torres y por eso la llaman engaña pobres".
Pero si una de las características de Santa Olalla es la presencia de su carretera, ser lugar de paso, también lo ha sido su continua renovación, por eso a día de hoy es un pueblo moderno, que se ha propuesto ser centro comercial, cultural y de ocio de nuestra comarca, y sin duda alguna con la ilusión y esfuerzo de los santaolalleros, avanza a diario en ese camino. JLM.
En el Paleolítico el entorno era frecuentado por tribus nómadas de cazadores y recolectores. En la Edad del Hierro los celtas crean el primer asentamiento junto a su cañada ganadera, este seria el origen del pueblo. En torno al año 500 A.C. los carpetanos, pueblo de origen ibero, ocuparon la antigua aldea céltica, hasta el siglo II A.C. cuando los romanos ocupan el lugar y lo incluyen en la provincia romana llamada Carthaginensis.
Sobre la cañada ganadera de origen celta montaron los romanos la calzada que unía Mérida con Toledo. Durante el Bajo imperio romano el pueblo recibe por primera vez el nombre Santa Eulalia, en honor a la mártir emeritense.
Los visigodos construyeron la primera iglesia que se dedico a Santa Eulalia. Fue destruida por los musulmanes, que posiblemente edificaron sobre su solar una pequeña mezquita, además Santa Eulalia pasa ha llamarse Vinco Cominario.
En 1083 es reconquistada por el rey Alfonso VI, y retoma su antiguo nombre que con la evolución del castellano se transforma en Santa Olalla. Tras este acontecimiento Santa Olalla empieza a tomar importancia, es amurallada, la primera referencia a la muralla aparece en 1127 en una bula papal. Fue necesario amurallarla para protegerla de las incisiones árabes, como la de Miramarmolín en 1196. El caudillo almohade llego hasta las inmediaciones de la ciudad de Toledo.
También se convierte durante la Edad Media en cabeza de un arciprestazgo y de un señorío. Hasta ese momento dependía en lo religioso de la parroquia toledana de Santa Leocadia. En lo político los distintos poderes castellanos se interesaron y pugnaron, por la posesión de este señorío, magnates, caballeros, cabildos y las ordenes militares de Calatrava y Santiago. Finalmente se constituye como señorío civil y estuvo en manos de ilustres nobles, la Casa de Castro, los Lope de Haro, Martín Fernández, los Guzmán, señores de Orgaz y desde 1529 Condes de Orgaz por concesión de Carlos V.
Llego a tener, aparte de la muralla con sus tres puertas (Madrid, Toledo y Badajoz pero conocidas como Maqueda, Alcabón y Talavera), cuatro iglesias (San Pedro, San Julián, San Miguel y San Juan), un convento, el palacio de los Condes de Orgaz de estilo herreriano, hospital de caridad con capilla, y tres ermitas (San Sebastián, San Roque, San Blas), entre otros monumentos menores que hacían de Santa Olalla capital jurisdiccional de todos los pueblos de la comarca que pertenecían al señorío (casi 50 aldeas, de las que hoy solo subsisten 12).
La judería o comunidad judía de Santa Olalla fue de las más numerosas e importantes de la provincia, un numeroso grupo de hombres cultos, ricos y poderosos sin los que no se entendería la historia medieval de Santa Olalla, tampoco podemos olvidar a los moriscos y conversos. Ni acontecimientos como los deslindes entre la jurisdicción de Santa Olalla y Talavera que trajeron entre otras consecuencias el nombramiento de los vecinos de Illan de Vacas como neutrales por parte de los Reyes Católicos, los problemas no terminaron hasta 1498.
Aparte de la visita que Alfonso VII y su esposa doña Rita realizaron para conceder el fuero de Toledo en 1123, este monarca estuvo en otras ocasiones en Santa Olalla, que al ser lugar de paso como decíamos al principio fue visitado por otros reyes como su nieto el rey Alfonso VIII, Juan II de Castilla, la reina doña María de Aragón, Enrique IV, Fernando "el católico", el emperador Carlos V, Felipe V y nuestro últimos reyes Juan Carlos y Sofía, entre otros de los que no tenemos constancia escrita.
Los viajeros también nos reflejaron en sus libros de viajes Fernando Colon el hijo de Cristóbal Colon en 1517, Pedro Medina en 1548 y los cronistas de Felipe II en 1576. Santa Olalla fue cuna de importantes literatos y humanistas como Alvar Gómez de Castro, Alonso Palomino, Roque Saturnino Jiménez de Rojas o fray Cristóbal de Fonseca al que algunos han identificado con el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda autor del falso Quijote.
La amplia e intensa historia de Santa Olalla, nos ha dejado un sin fin de tradiciones que se manifiestan en sus fiestas, una docena de leyendas entre las que destaca "el pajarito de la puerta de Maqueda" y algunos refranes que han sido transmitidos de generación en generación. El más famoso de ellos "Santa Olalla mal haya tiene tres torres y por eso la llaman engaña pobres".
Pero si una de las características de Santa Olalla es la presencia de su carretera, ser lugar de paso, también lo ha sido su continua renovación, por eso a día de hoy es un pueblo moderno, que se ha propuesto ser centro comercial, cultural y de ocio de nuestra comarca, y sin duda alguna con la ilusión y esfuerzo de los santaolalleros, avanza a diario en ese camino. JLM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario