Hola a todos amigos y amigas del blog, hace un tiempo os pusimos una entrada en la que poníamos nuestra visión sobre el animador o la animadora sociocultural. Ahora queremos compartir con vosotr@s un archivo que estuvimos viendo en la clase de ASC sobre las diferentes definciones del animador y la animadora sociocultural. ¿Con cuál te ves reflejad@?
“El animador,
será siempre el sujeto o la persona cuya función consiste en impulsar,
desarrollar, animar, crear más vida en el barrio, en la fábrica, en el deporte,
en cualquier comunidad o colectivo humano” (Gervilla, 1992)
“El animador
sociocultural, asume un rol adquirido de potenciador del cambio social. En este
su nuevo rol, aunque desde una posición que no tiene por qué no ser
directamente marginal, incluso sin olvidarnos de su empeño por empatizar e
implicarse, se emplea en un diseño de intervención en el que la necesidad o el
problema han sido previa y convenientemente percibidos como tales (quizá con su
ayuda) por la propia comunidad deficitaria”. (Martín, 1988).
“El animador, es
ese alguien a quien le apetece trabajar en su tiempo desocupado o en su
ocupación remunerada, en programas y proyectos que vertebran la ciudad en lo
creativo, económico, urbanístico, educativo y otras muchas cosas. […] Quiere
prepararse porque los tiempos avanzan sin parar. Sabe que nunca podrá abandonar
unas actitudes abiertas, dialogantes y voluntarias”. (Puig, 1988).
“Agente que pone
en marcha, facilita y da continuidad al desarrollo de los procesos de
animación. Al servicio de una institución pública o privada de carácter
administrativo o asociativo y de forma voluntaria o profesional, los animadores
trabajan promoviendo la intervención sociocultural sobre el medio en el que
actúan. Realiza una labor técnica basada en la relación personal con los
destinatarios, su integración en el grupo y la facilitación, en el seno del
grupo, de procesos de cohesión, vivencia de la experimentación y toma de
postura activa sobre el entorno”. (Viché, 1989).
“Es
un agente de desarrollo de los individuos y de los grupos, cuya acción
profesional o voluntaria se caracteriza por una intervención en un medio dado,
en el nivel de las relaciones entre los individuos y los grupos, en el nivel de
las relaciones entre los individuos y las obras culturales y, eventualmente, en
el nivel de las estructuras. Esta acción, fundada a veces sobre principios y
valores militantes, se sitúa en un marco institucional que puede tomar formas
diversas (asociaciones, equipos socioculturales, colectividades locales,
institución cultural, ministerio). Necesita técnicas variadas que exigen del
animador competencia y calificación y abarca prácticas múltiples de tipo
cultural, artístico, estético, social, deportivo, manual, etc., expresadas por
públicos homogéneos o diferenciados (el conjunto de la población, o los
obreros, las clases medias, los jóvenes, los viejos, las mujeres)” (Besnard,
1991: 87).
“Es
un incitador de los cambios personales y sociales, un elemento crítico y
reivindicativo de los derechos de los demás” (Froufe, 1998: 39).
“Se
puede decir que el animador tiende a hacer al individuo más consciente y mejor
informado a fin de que participe en el movimiento de la civilización y la vida
en todas sus formas, sea para adaptarse a ellas, sea para transformarlas. Debe
procurar que la promoción social sea al mismo tiempo una promoción humana”.
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