Os añadimos más imágenes de nuestro fotógrafo Magnus Wennman--> TRISTE REALIDAD
Ahmad, 7 años, en Horgos/Roszke.
Incluso el sueño no es una zona libre; es ahí cuando el terror vuelve.
Ahmad estaba en casa cuando una bomba estalló contra su casa en Idlib.
Una metralla lo golpeó en la cabeza, pero logró sobrevivir. Su hermano
menor no lo logró. Su familia ha vivido en guerra con el vecino cercano
desde hace años, pero sin un hogar, no tienen opción. Se vieron
obligados a huir. Ahora Ahmad yace entre otros cientos de refugiados en
el asfalto de la autopista que lleva a la frontera de Hungría. Este es
el día 16 de su viaje. La familia ha dormido en refugios de autobuses,
en el camino y en los bosques, explica el padre de Ahmad.
Fara, 2 años, en Azraq.
Fara tiene 2 años y ama el fútbol. Su padre trata de hacer pelotas para
ella juntando todo lo que encuentra en el suelo, pero no duran
demasiado. Cada noche, él se despide de Fara y de Tisam (9 años), la
hermana menor de ésta. Tiene la esperanza de que al otro día pueda
darles una pelota adecuada con la que jugar. Todos los otros sueños
están fuera de su alcance, pero él no se rendirá.
Ralia, 7 años -Rahaf, 13 años. Ambas en Beirut.
Ralia, de 7, y Rahaf, de 13, viven en las calles de Beirut. Son de
Damasco, donde una granado mató a su madre y hermano. Junto con su
padre, han estado durmiendo así durante un año. Se acomodan para darse
calor en los cartones. Rahaf dice que está asustada de los “niños
malos”, y Ralia comienza a llorar.
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